Tinta Sangre ECS-UCV

Grupo de discusión, lectura de poesía y escritura creativa

21 enero 2007

Sombra


La sombra se dio a conocer aquella tarde de mayo, cuando huía frenéticamente de su casa.
Volteó a mitad de camino y la notó. ...Que terrible era estar abandonado por cuenta propia... ¡Que terrible era estar abandonado sin ser nadie!
Se cuenta en el pueblo, que a golpe de la caída del sol, se detuvo cuando la incertidumbre, ya convertida en pánico, le carcomió las lágrimas.
Se arrodilló bajo los brazos de un abedul y tembló absolutamente solo; la sombra estaba cerca...
La oyó reírse de él.
Cuentan los viejos del bar, que hasta llegó a verla pasear detrás, pero nunca a su dueño.
Allí, arrodillado bajo las inútiles ramas del árbol, entonaba cánticos populares del llano, que había aprendido cuando apenas cumplía los 15 años.
La sombra acechaba y él temblaba aún más.
Entre cerveza y cerveza, los viejos contaban a las matronas el resultado del escape de aquel.
Dicen que allí duró tres días. No se movió por miedo a la sombra que aparecía cuando menos se lo esperaba, acechándolo y esperando para atacar.
A la mañana del cuarto día, cuando la sombra volvía a plantarse detrás de su persona, regresó al pueblo convertido en un loco.
Pidió a su madre que lo escondiera en el sótano de la bodega del pueblo, que sin una luz ni ventana, podría protegerlo de esta situación.
Así fue.
Allá en el bar, dicen que sigue allí. Casi ciego... Sin ver su propia sombra.

Firma: Verdandi

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