Tinta Sangre ECS-UCV

Grupo de discusión, lectura de poesía y escritura creativa

21 enero 2007

Huelo


Me senté entre los pétalos marchitos. Sólo me senté, cerré los ojos y sentí un hedor; era un olor seco, como aquellos que despiertan cada uno de nuestros sentidos. Era ácido y agudo, tanto que una lágrima ilógica saboreó mis poros.
Se preguntarán como un olor puede ser agudo, como puede ser seco… Solo responderé que la intensidad penetrante de aquel hedor te helaba cada centímetro cutáneo. Quizás, solo lo entenderán cuando logren oler a Belial, acercándose sigilosamente una noche para robar sus almas. Así, petrificada con tan poderoso olor en el ambiente, logré abrir mis ojos empantanados en lágrimas. Limpié mi cara y me atreví a aspirar como si intentara oler hasta el último escaño de vida del planeta; no percibí absolutamente nada.
Seguía sentada yo con una impresión de aterro total. Me levanté y caminé varios metros, de aquí para allá y de allá para acá; nada. Así, extrañada y todavía con el vago recuerdo del olor, tomé mis cosas y me alejé a paso decidido de allí.
Antes de irme, robé uno de los pétalos en los que había estado. Mientras caminaba, lo observé y vi una pequeña mancha que me causó curiosidad: era la sombra de una perro negro, de orejas puntiagudas que me mirada con ojos vagos desde la pequeñez de su estado. No era nada abstracto, ¡Al contrario! La simpleza de su trazo me hizo tocarle; el relieve daba la sensación de estar tocando pelaje animal.
Allí, estallé…
Boté el pétalo gritando. Las explicaciones son tontas a la hora de lo que indica el hedor, debes vivirlo por ti mismo. Contaré lo que pasó después.
Al correr, encontré una vereda y allí, un poco más adelante, una calle. Antes de cruzarla, pude mirar atrás y vi los ojos vagos viéndome detrás de un árbol con sus patas hundidas en pétalos marchitos.
Pisé el asfalto y sentí en golpe. En las horas milimétricas en que retornaba al suelo, las imágenes me carcomieron; vi al perro, los retratos de Belial que guardo detrás de la puerta, y el camión descarriado al borde de la carretera.
Y es que era la hora. El hedor hacía su parodia anunciando al inmortal que se roba sus almas.


C.M.

Firma: Verdandi

4 Comentarios:

  • A la/s 11:30 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    demasiado bueno!!! mas cuando sabes quien narra.... todo tiene sentido Verdandi.... =)

     
  • A la/s 5:24 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    Me encanto comence y lo termine, enrealidad me lo comí, excelente

     
  • A la/s 9:05 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    En realidad, ahora que se que el protagonista es NIKKIDOS, todo tiene sentido!!! Gracias por explicarle las cosas a esta pobre mortal.
    Arrechísimo Verdandi XD

     
  • A la/s 10:34 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    ¡Muchas gracias! En realidad, fue una de esas tonterías que pensé en tierra de nadie. Se nota que es lugarcito da inspiración.
    Nikkidos, obviamente fue la reina... Guau, guau.

    Verdandi

    P.D: ¡Gracias otra vez!

     

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